Este descubrimiento realizado hace 125 años permitió la producción y el uso del aluminio a escala industrial. El proceso de fusión para producir aluminio se descubrió casi de forma simultánea, aunque independientemente, en 1886 por Charles Martin Hall en Estados Unidos, y por Louis Héroult en Francia. Ambos disolvieron óxido de aluminio en criolita fundida y posteriormente extrajeron el aluminio mediante la electrólisis. Actualmente, existen miles de productos que pueden hacerse más seguros, más ligeros, más energéticamente eficientes y completamente reciclables gracias al aluminio, desde coches, trenes o aviones hasta utensilios de cocina, envases y conductores eléctricos.